MANOLO MILLARES

Manolo Millares nació en 1926, en las Palmas de Gran Canaria, vive de cerca las circunstancias sociales que transcurren en la España de los años 50 y 60. Estas consecuencias de la guerra civil española verán marcada su obra, definiéndola con una expresión desgarradora. 

Manuel Millares participó en diversos episodios de la renovación del panorama artístico español en la segunda mitad del siglo XX: impulsó en Canarias la creación del grupo LADAC (Los Arqueros del Arte Contemporáneo) y se integró posteriormente en Madrid en el grupo El Paso (1957-1960).

Pierre Matisse y Daniel Cordier se convierten en sus marchantes para Estados Unidos y Europa. Colabora en numerosas publicaciones vanguardistas y obtiene un creciente reconocimiento internacional, realizando exposiciones en Lisboa, París, Tokio, Minneapolis, Múnich y en las bienales de Venecia ( 1956, 1958) y São Paulo (1957).

En un principio su obra se aproxima al surrealismo hasta que empieza a incorporar una serie de signos que añade a sus composiciones como materiales rugosos, ásperos hasta que encontró en la arpillera el mejor soporte para sus composiciones.

Los años sesenta son los años de consolidación de su pintura y encontrará en la arpillera el mejor material para plasmar el espíritu de queja y lucha. El uso de este material viene de la inspiración autóctona de los cueros de animales que recubrían las momias de sus antepasados guanches. 

Usará tres colores principalmente: negro, blanco y rojo. Configura de este modo una imagen tridimensional dramática, como una reflexión sobre elementos contrarios: construcción y destrucción, cosido y desgarrado.